miércoles, 31 de octubre de 2012

Luis Fortuño: La Campaña más Sucia de la Historia


Con las elecciones del próximo 6 de noviembre llevo observando --- y a veces participando --- en 18 campañas políticas en Puerto Rico.  Las ha habido candentes, como la del 1940 y 1968.  En cada una de ellas a algún candidato a gobernador se le ha ido la mano con la mentira como recurso de la desesperación.  Pero nunca pasó de uno o dos incidentes desesperados, como cuando Don Luis A. Ferré, en las elecciones de 1984 reclamé --- como embuste redondo --- que Fidel Castro estaba financiando la campaña de Rafael Hernández Colón.  Puede añadírseles a esa que Pedro Rosselló se declaró Mesías en el 2004, y católico-protestante, ungido por la sacerdotisa buscona de Toa Alta, Wanda Rolex.

Puede decirse, sin embargo, que en el conjunto de esas 18 campañas, jamás se dio el volumen y la ferocidad de la mentira y el cinismo --- el pozomuro PNP desbordado --- que Luis Fortuño, la Gata Persa --- aquel que piensa con las patas --- y de Kid Cajita --- corrupto hasta la médula --- le han imprimido a esta campaña del PNP una dimensión de putrefacción moral sin precedentes en la historia moderna del País, en las 18 elecciones y campañas en que he participado.

¿Cuál es la lógica de esa campaña desesperada de Luis Fortuño?  ¿Se trata de que es millonaria, es decir, que lo puede comprar todo?  ¿Atacar, destruir, difamar al principal candidato de la oposición, Alejandro García Padilla?

Yo conozco personalmente a esa familia García Padilla desde los tempranos años 60, cuando me inicié en la política competitiva.  El abuelo de Alejandro fue mi compañero de banca --- y de actitudes y actuaciones programáticas --- en el Senado de Puerto Rico de 1964 al 1969, cuando había Senado de Puerto Rico y no una cloaca de patanes corruptos en la mayoría PNP.  En el proceso revolucionario de 1968, cuando para diferir tuvimos que sacrificar nuestro escaños, Antonio Padilla dijo presente a la verdad y la democracia política, junto a mí en el Senado y en el exilio político.  De ese entronque viene Alejandro.  Es una persona decente, honesta, inteligente y capacitada, incapaz de mentir o dirigir una campaña de pozomuro, como está haciendo contra él, personalmente y contra su persona, este embuste con corbata que se llama Luis Fortuño.

Si esa campaña sucia, de vertedero, que dirige Luis Fortuño tiene éxito, si el pueblo vota por sus enemigos, adiós esperanza de decencia pública en este pueblo.

Si el lector se fija --- oyendo anuncios políticos del PNP por radio y televisión --- en la hemorragia de mentiras literales y difamatorias de Fortuño contra la persona de Alejandro, tiene que preguntarse ¿es esa la misma persona que cacarea por todo el País y los medios que la crisis puertorriqueña es una crisis de “valores”?  ¿Cuáles valores?  ¿La verdad?  ¿Los hechos objetivos de la economía, donde todos los economistas independientes lo desmienten?  No.  El dinero, el suyo y el de sus amigotes, lo que ni niega ni explica.

Ni Luis Fortuño ni las agencias de publicidad que usa tienen noción alguna de la verdad.  Sus lentes sólo ven signos de dólares.  Ese es el valor fundamental de Fortuño y su señora, establecedores de un precedente moralmente fatal para Puerto Rico.

Esta advertencia no va dirigida a Luis Fortuño, ni a su Gata Persa, ni a Ángel Cintrón.  Sería perder el tiempo.  Va dirigida a las víctimas de este régimen corrupto, mendaz, cínico, exclusivamente numismático --- heredero de Midas ---, a los que pagan por la corrupción de la mafia fortuñista: el Pueblo de Puerto Rico.  

El Luis Fortuño del 2008 y el del 2012


Una cosa es correr para gobernador con el beneficio de un contrincante desacreditado y corrupto en una primaria, o contra un gobernador asediado por la fiscalía federal --- apalabrada con Carlos Romero para difamar a Acevedo Vilá con cargos fabricados por el odio de ese mismo Carlos Romero y Rosa Emilia Rodríguez --- cargos que un jurado de sus pares mandó a buen sitio, con todo y fiscales, y otra cosa es enfrentarse en una campaña a un joven decente y honesto, contra quien los embustes de Fortuño no pegan.

Fortuño ganó la primaria contra Rossellló y la elección después porque el pueblo no conocía su capacidad para la traición a sus promesas y las mentiras desfachatadas, que no le mueven ni un nervio de la cara.

El pueblo PNP, y mucho del PPD creían que se podía experimentar con Fortuño favoreciéndolo en la primaria PNP, --- y que luego se quedó con él huyéndole al patrón de corrupción de Rosselló ---, ahora no tiene esas razones para jugar a la ruleta rusa con la gobernación.  Porque no se trata meramente de incumplir sus promesas --- no botar a ningún empleado público, bajar el agua y la luz, mejorar la salud y la educación, respetar la Universidad y el Tribunal Supremo, sino que una vez alcanzado el poder ha transferido los recursos para el servicio del pueblo --- y para eso es el tesoro que el pueblo paga en contribuciones --- hacia su camarilla personal de amigotes y corporaciones que no asumen responsabilidad alguna con el pueblo porque su motivación es lucrarse con los dineros del pueblo.

Patentizadas esas dos traiciones, ahora no  asusta con Rosselló corrupto como excusa --- hasta el punto de llamarle “un cáncer” en el cuerpo del PNP---, sino que tiene que correr en defensa de su propia corrupción y mendacidad.

Ahora el propio Romero, desde el 2004, le ha dicho “embustero” e “hipócrita.  Él debe saber, por la misma razón que Jorge Santini le dijo “mamao” en el 2008, aunque ahora --- batiendo el record del político fresco, marcha con Fortuño en busca de ayuda porque se siente naufragar en San Juan frente a una mujer de carácter e inteligencia, y de motivaciones pulcras al servicio de todos los sanjuaneros.

Ahora Fortuño anda solo.  En el último debate se vio más solo y temblusco que nunca.  La “moira” política se aproxima, para que se dedique a hacer más dinero, que es la pasión de su vida.  
 

miércoles, 10 de octubre de 2012

Paremos a Fortuño


La Marca de Fábrica de los Mandones

domingo, 7 de octubre de 2012

Los mandones, los dictadores, los gobernantes absolutos --- que es la regla en la historia de la humanidad hasta el Siglo XVII --- exhiben un carimbo, una marca de fábrica que los identifica sin lugar a dudas, frente a gobernantes democráticos, liberales, de poderes limitados.  Por un lado, la sensualidad casi erótica por el poder total, sin límites.  Por otro lado, la alteración del sistema político constitucional --- mediante el cual llegaron al poder --- para apoderarse de todo el poder.  En manos de un fanfarrón como Hugo Chávez --- una especie de Jorge Santini venezolano --- el hecho no sorprende.  Pero en manos de una aparente mosquita muerta como Luis Fortuño, el fenómeno reta la credibilidad, la suya y la de los que votaron por él en el 2008.

Este contraste entre prédica liberal y conducta totalitaria, mientras a su vez se pretende reducir el gobierno  a una débil ficción, viene de lejos en la historia de Occidente.  Hasta mediados del Siglo XVII todos los gobiernos y todos los gobernantes fueron absolutistas y/o totalitarios.  Las camarillas que dominaban las asambleas y las cortes en la democrática Atenas mataron a Sócrates, y la camarilla hebrea que representaba a Roma en Jerusalén mató a Cristo.  Los dos se atrevieron a ejercer su libertad de pensamiento y expresión.
La democracia liberal --- esto es, el sistema de gobierno limitado como antídoto a los mandones --- es cosa del Siglo XVII y XVIII, de las revoluciones inglesas, americanas y francesas.  El pueblo adquiere libertades, y vota para poner y quitar gobiernos, y para vigilar a los mandones que intentan tragarse para ellos personalmente, los tres poderes del Estado y las libertades de la sociedad.
La personalidad autoritaria no repara en esas teorías y precauciones.  Algunos, como Luis Fortuño, desprecian el gobierno del pueblo pero se lo abroga todo, ilegal e inmoralmente.  Eso hizo Julio César en Roma, los Luises de Francia, todos los reyes de España, y los de Inglaterra hasta que el pueblo se sacudió de ellos.
Observe el lector el siguiente proceso en America Latina:  Fidel Castro prometió restituir la Constitución de 1940 y la traicionó, apoderándose absolutamente de todos los poderes sobre personas y cosas.  Hugo Chávez juró en vano por Bolívar y manchó su memoria con su fantochería totalitaria.  Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador llegaron al poder mediante una Constitución liberal, y desde el poder la cambiaron para perpetuarse en el poder absoluto y total.
Fortuño, supuestamente republicano o liberal en cuanto a gobierno limitado, desarrolla un apetito voraz por el poder total, quiere alterar la Constitución, cambia las reglas del juego electoral, limita la libertad de expresión, y vende al mejor postor los derechos de las víctimas de los mogules hospitalarios.  Le quita derechos a los débiles para vendérselos a los fuertes.  Ese es el carimbo, la marca de fábrica de los mandones. 
El liderato es otra cosa.  Es fuerza moral,  es la dignidad de la honestidad y la verdad.  Su conducta representa otra corrupción --- además de la del dinero público que reparte entre sus amigos --- que carcome el sistema democrático que heredó, y que en menos de cuatro años ha hecho cenizas.